Si bien es cierto lucir un color de piel bronceado es sinónimo de belleza no siempre quiere decir que lo sea de salud, para conocer un poco más de este tema tan importante les dejo algunos datos de relevancia que podrían hacer la diferencia cuando estén pensando en un bronceado profundo, una visita a la playa o simplemente salir a realizar sus actividades diarias.
El cáncer de piel es el cuarto tumor más frecuente en ambos sexos, después de los de mama, colon y próstata. Estudios han revelado que son más propensas a padecerlo las personas que habitualmente NO se exponen al sol y que lo hacen intensamente durante dos o tres semanas sin tomar precauciones.
Además se ha comprobado que aquellas que toman mucho sol sin protección antes de los 15 años, tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de piel que los que se aquellos que lo hacen después de cumplida esa edad.
Entre las causas más comunes de este mal se encuentran:
1. La exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV), cuya principal fuente es la luz solar.
2. Las lámparas y cabinas bronceadoras.
3. El contacto con ciertos productos químicos como el arsénico, la brea industrial, la hulla, la parafina y ciertos tipos de aceites.
4. Lesiones de la piel, como pueden ser las quemaduras graves y la piel dañada por ciertas enfermedades inflamatorias.
Es necesario indicar que pese a lo anteriormente informado, esto no quiere decir que no se pueda disfrutar del sol y verse con un tono de piel bronceado, siempre y cuando se tomen las acciones preventivas adecuadas y preferiblemente se conviertan en un hábito en nuestras vidas, algunos ejemplos de ellas son:
1. Protegerse con ropa indicada donde se pueden incluir camisas o blusas manga larga y hasta sombreros de ala ancha, anteojos de sol que ofrezcan una buena cobertura, con porcentajes de absorción de rayos ultravioleta entre un 99% y un 100%, son los óptimos para los ojos y el área de piel a su alrededor.
2. Usar siempre cremas con factores de protección elevados para las áreas de la piel expuestas al sol, particularmente cuando la luz solar es intensa. Las personas de piel clara y las que se queman con facilidad adicionalmente deben aplicarse la loción antisolar (también llamadas Bloqueadores o Pantallas Solares), para que sea eficaz, debe aplicarse antes de exponerse al sol y deben volverse a aplicar para que ofrezcan el máximo de protección después de nadar o sudar. Se debe usar loción aunque el día esté nublado ya que los rayos ultravioleta pueden atravesar las nubes.
3. Se debe recordar que existen productos naturales que estimulan el bronceado y por lo tanto evitan exponerse por largos periodos al sol, entre los más utilizados son los que contiene Beta-caroteno entre ellos varios como las zanahorias, sandías, granadas, arándanos, papayas, fresas y tomates, que además actúa como protector celular y evita la destrucción de las células por los rayos UV.
También los aminoácidos que son precursores de la estimulación de la eumelanina y la feomelanina y mejora la producción de las mismas y estimular el bronceado.
4. Evitar el uso de cabinas bronceadoras ya que la exposición a la luz ultravioleta aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de la piel.
El bronceado no es algo sano, sino una reacción frente al sol, e indica que la piel está sufriendo, sostienen los especialistas”
En conclusión debemos recordar que todos los extremos son dañinos y exceso de exposición al sol puede pasar una cara factura a nuestra salud, a corto plazo, causa enrojecimiento, inflamación, quemadura y distintos tipos de erupciones y entre los efectos crónicos e irreversibles están las arrugas, las manchas y el cáncer de piel.
La recomendación es hacer un uso adecuado de los diversos productos para el bronceado, una alimentación ideal, exposición corta y correcta al sol y principalmente aprender que nuestro tono de piel es bello y aceptarlo como es.
Fuentes: